D e tanto mirar por la ventena se aprendió la dulce melodía. Y era así:
Por la noche hay que dormir,
para que vengan los sueños bonitos,
y se apoderen de ti.
Cuando tengas un sueño feo,
solo tienes que llamar a tu angel,
él vendrá,
y te ayudará,
a los malos sueños alejará,
y lo bonitos volverán.
Ahora, que Blanca ya es mayor, esa es la canción que le canta a su hijo para dormirlo. Siempre se acuerda de la ventana que la transportaba a sueños infinitos.
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