viernes, 13 de julio de 2007

Amada

Ciudad de Ninguna Parte, Invisible del 0000

Querida Amada:

Cuando recibas esta carta será porqué me habré ido y, es que no puedo esperar más. Me encantaría quedarme otro milenio esperando que te decidas, pero me estoy perdiendo muchas cosas por tu culpa. Nunca pensé que diría esto, porque te amo locamente, pero yo ya estoy decidido a quererte toda mi vida, tú eres la que aún no te has decidido.
No me podrás culpar de que te haya abandonado, porque en tus momentos de agonía, nunca te dí la espalda.
Sé que me quieres, mejor dicho, que me aprecias, pero no es el aprecio que me merezco. El aprecio que me merezco es el aprecio legítimo por tu parte. De ti no te tienes que preocupar, tú ya has ganado el aprecio y el amor legítimo por mi parte.
Para mí, la palabra "ayuda" ya no tiene sentido. Yo ni si quiera la he sentido. Siempre he dado mi ayuda, he prestado mis conocimientos, he exprimido hasta el último de mis órganos para poder estar a tu lado, pero tu no me lo has pagado como debiera ser, con cariño y amistad, sino con indecisión y duda.
Cuando llegues a esta línea, sentirás una ligera extrañeza. Yo nunca he sido impaciente, pues he esperado mucho tiempo, para mí siglos, pero veo que tú no respondes y me he cansado.
He reflexionado, para vivir sufriendo, mejor es desaparecer del Universo.
Estoy escribiendo con una pluma dorada, eso debiera significar una dolorosa despedida, pero no te preocupes, lo hago por amor.

Se despide hasta siempre,

Esa persona

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